La necesidad de las empresas de incursionar en mercados internacionales, dentro de un mundo cada vez más globalizado, requiere que estas se preparen de manera que puedan enfrentar los múltiples desafíos que el comercio internacional requiere en esta materia.

Las relaciones de los clientes con dichos mercados, sin lugar a duda se ven influenciado por diferencias, culturales, políticas, económicas y sociales que demandan el diseño y la implementación de estrategias que respondan a las necesidades y expectativas que ellos manifiestan.

Lo anterior implica el desarrollo de un pensamiento operativo, que se adapte a la comprensión de los entornos donde las actividades se desarrollan, para qué de esta forma se conviertan en las oportunidades que se requieren en un ámbito internacional, sumado a ello, desde esta perspectiva se implementa una verdadera diferenciación estratégica, que permite la competitividad con las empresas del mismo sector de la industria. Es aquí, donde se establecerán las bases de cómo esta disciplina, logra a partir del desarrollo de productos y servicios la añorada competitividad en el mercado internacional.