América Latina y el Caribe sigue siendo la región más desigual del mundo, tanto desde el punto de vista de la desigualdad e inequidad en la distribución de los ingresos, como en otros aspectos fundamentales relacionados con el ejercicio de los derechos y el desarrollo de las capacidades, el reconocimiento de los actores y la desigualdad de género, étnica, racial, entre otros. En ese sentido, es necesario empezar a diseñar procesos de planeación económica y social participativos, que trasciendan más allá de los modelos de desarrollo tradicionales.

En la actualidad, los procesos de planeación y gestión del ordenamiento territorial son relevantes a la hora de conocer y transformar las realidades económicas inmediatas de las sociedades y comunidades, por lo tanto, deben ser desarrollados bajo diversos criterios teóricos, epistemológicos y metodológicos concertados con los actores sociales clave, las instituciones públicas y privadas y la academia. En ese sentido, desde el punto de vista internacional y colombiano, el enfoque de la participación ciudadana que también se relaciona con el enfoque de género, el enfoque étnico, el enfoque diferencial y el enfoque de los derechos humanos, debe evidenciarse en cada una de las fases (alistamiento, diagnóstico, formulación y retroalimentación) del diseño de los instrumentos de planeación económica, territorial y comunitaria.