Este enfoque integral surgido en los años setenta, se apoya en las aportaciones de las escuelas del desarrollo organizacional y en la cultura organizacional y en la cultura empresarial, proponiendo la forma en la que los directivos deben de manejarse, tomando en cuenta todas las circunstancias que rodean a la compañía. Combina un concepto positivo de la naturaleza humana con el estudio científico organizacional para guiar la actuación de los directivos efectivos en una gran variedad de situaciones.