La ética en la investigación es, sin duda, el corazón que
late detrás de cada descubrimiento verdadero. Imagínate un faro en medio de la
niebla: sin principios claros, las olas del sesgo y el mal uso de datos podrían
hundir nuestra embarcación científica. La verdad es que, al diseñar un estudio, no basta con
seguir al pie de la letra un protocolo; es fundamental preguntarnos: “¿Estoy
respetando a las personas y comunidades que confían en mí?” (Shamoo &
Resnik, 2009).
Y es que, en ciencias sociales y economía, trabajamos con realidades tan
complejas como las de un tapiz donde cada hilo —cada sujeto de estudio— tiene
voz y dignidad. Además, respetar la autonomía de quienes
participan no es un requisito; más bien, es la base de la confianza mutua. ¿Se ha preguntado alguna vez cómo una
persona que carece de confidencialidad puede socavar la credibilidad de todo un
proyecto? Childress y Beauchamp (2013).
Por otro
lado, ser transparente no significa simplemente publicar un método sin adornos; también significa abrir las puertas de su
laboratorio a la crítica constructiva. Promovemos la reproducibilidad y
contribuimos al debate científico al declarar los conflictos de intereses y
describir cada paso de la recopilación de datos (Resnik, 2011).
Es un gesto de humildad que, a la larga, fortalece la comunidad
académica.
La ética, además, nos invita a la reflexión constante: ¿qué impactos tendrá mi
investigación en la sociedad? ¿Podría mi trabajo beneficiar a unos mientras
perjudica a otros? Antes de “hacer
público” es necesario hacer una pausa, sopesar riesgos y beneficios, como
sugiere la UNESCO (2017) en su informe sobre la “protección del bien común”.
Finalmente,
la ética no es un manual impersonal; es una voz interior que nos guía a
"hacer lo correcto", incluso cuando nadie más nos observa. Solo así, la ciencia se convierte en una
auténtica fuerza de avance social, político, económico, cultural y ambiental,
cimentada en la integridad y un profundo respeto por la condición humana.
Francisco Javier Dorado Urbano
Economista, Grupo de Investigación CES, UDENAR.